Nuestra capacidad para expresarnos es apenas comparable con nuestra necesidad de hacerlo, gota a gota nuestra humanidad ha arrasado con cada una de la barreras que nosotros mismos hemos impuesto a los pensamientos, las ideas y a nuestro derecho de expresión.
Hemos sido testigos de los nacimientos de redes sociales como Facebook y Twitter e incluso no ha faltado quienes han llorado su derecho a expresarse libremente por estos medios olvidando de la importante primicia que un auto NO será nunca el camino...
Por ahora mi preocupación ya no es mi derecho a expresarme, es más bien esa incertidumbre que crece cada día ante la duda de "qué es lo que quiero expresar..."
Tengo tanto por decir que me faltan significados en el diccionario
Byron Ronquillo Narváez
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