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DE TODO AQUELLO QUE NO PUEDO RECORDAR



Una mañana el Hombre Altruista despertó sintiendo que se ahogaba

- he olvidado respirar y sí he olvidado respirar, qué mas pude olvidar mientras dormía, se dijo

Durante esa mañana:

El Hombre Viejo que habita en el centro de Todas las Ciudades, uno a uno fue guardando los cartones que hacen las veces de su hogar durante la noche

Las verdes palmeras de la Plaza del Oriente dejaron escapar con el viento dos pequeñas ramas secas, un nido de golondrinas abandonado y algo más bien parecido a un volantín

Los Comerciantes invadieron las veredas de los pueblos, todo a mil, todo a mil… anunciaban los altavoces

Muy Temprano las campanas de Todas las Iglesias replicaron sin parar

Los Burdeles cerraron las puertas porque ya era tiempo de descansar

Los Niños abrieron las puertas de todos sus juegos, los jóvenes abrieron las puertas de todos sus sueños y los hombres abrieron las puertas de sus oficinas

Esa mañana el Hombre Altruista permaneció inmóvil, perdido en la busqueda sin sentido de todo aquello que llegado el momento no podemos recordar

byrongio

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