Al igual que todos los hombres que han habitado este mundo, cierto día el Hombre Altruista se preguntó “Entonces qué hay más allá”.
Hombre Montubio le habló de un lugar donde las tierras planas empiezan una incesante pendiente cuesta arriba, “allí el clima cambia al igual que la gente, allá nada es lo mismo” – le dijo.
“Caminaré hasta ese lugar” se dijo el Hombre Altruista
Cuando llegó volvió a preguntarse “Entonces qué hay más allá”.
Hombre Paramo le habló de árboles flacos que como brazos agitados por el viento se elevan hacia el cielo como queriendo tocarlo, como queriendo acariciarlo, “allá la cima del mundo, allá nada es lo mismo”-le dijo
Ocurrió entonces que el Hombre Altruista a través del tiempo siempre llegaba más allá y sin embargo la pregunta continuaba sin responderse.
“Buscaré en la ciencia, en la filosofía, en las religiones por ultimo en las estrellas mi respuesta” se dijo el Hombre Altruista y así lo hizo.
Una Mañana la pregunta lo despertó, entonces, sin abrir los ojos repasó cada lugar por el que había andado, perfectamente distinguió los ordenes sociales, culturales y económicos de cada región, una a una fue dibujando las fronteras auto impuestas, recorrió las orillas de los océanos y los blancos polos, levemente evocó las creencias más importantes de los hombres, en esa oscuridad dibujo en su mente la esfera achatada de la Tierra misma, la dibujó con su luna, con su sol, con los demás planetas, y no se detuvo, hizo un zoom en su mente y dibujó las estrellas, las constelaciones, las galaxias y se sintió como una hormiga tratando de dimensionar al Hombre.
Entonces, el Hombre Altruista miró el camino que se proponía recorrer y acostumbrado a su vieja costumbre buscó una pregunta más sencilla para continuar su viaje, “Cuándo llegaré”- se dijo, luego de pensarlo brevemente sonrió consigo mismo con cierta malicia y continuó silbando una vieja canción.
Hombre Montubio le habló de un lugar donde las tierras planas empiezan una incesante pendiente cuesta arriba, “allí el clima cambia al igual que la gente, allá nada es lo mismo” – le dijo.
“Caminaré hasta ese lugar” se dijo el Hombre Altruista
Cuando llegó volvió a preguntarse “Entonces qué hay más allá”.
Hombre Paramo le habló de árboles flacos que como brazos agitados por el viento se elevan hacia el cielo como queriendo tocarlo, como queriendo acariciarlo, “allá la cima del mundo, allá nada es lo mismo”-le dijo
Ocurrió entonces que el Hombre Altruista a través del tiempo siempre llegaba más allá y sin embargo la pregunta continuaba sin responderse.
“Buscaré en la ciencia, en la filosofía, en las religiones por ultimo en las estrellas mi respuesta” se dijo el Hombre Altruista y así lo hizo.
Una Mañana la pregunta lo despertó, entonces, sin abrir los ojos repasó cada lugar por el que había andado, perfectamente distinguió los ordenes sociales, culturales y económicos de cada región, una a una fue dibujando las fronteras auto impuestas, recorrió las orillas de los océanos y los blancos polos, levemente evocó las creencias más importantes de los hombres, en esa oscuridad dibujo en su mente la esfera achatada de la Tierra misma, la dibujó con su luna, con su sol, con los demás planetas, y no se detuvo, hizo un zoom en su mente y dibujó las estrellas, las constelaciones, las galaxias y se sintió como una hormiga tratando de dimensionar al Hombre.
Entonces, el Hombre Altruista miró el camino que se proponía recorrer y acostumbrado a su vieja costumbre buscó una pregunta más sencilla para continuar su viaje, “Cuándo llegaré”- se dijo, luego de pensarlo brevemente sonrió consigo mismo con cierta malicia y continuó silbando una vieja canción.
byrongio
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