Quiero despertar cada mañana con una sonrisa esperando con entusiasmo el comienzo del día.
Quiero tomar largos baños y dormir diez horas todas las noches.
Quiero pensar que las golosinas son mejores que el dinero.
Quiero tener recreos y jugar con plastilina.
Quiero que mis lágrimas sean simplemente porque quiero salir a jugar o ver tele y mamá me obliga a dormir la siesta.
Quiero salir contenta de mi casa sin preocuparme de si voy peinada o bien vestida.
Quiero abrazar a mis padres todos los días, enjuagar mis lágrimas en sus hombros y pensar que estarán conmigo para siempre.
Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple: cuando todo lo que sabia eran colores, tablas y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque no sabia que no sabia y no me preocupaba por no saber. Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.
Quiero pensar que el mundo es justo, que todos son honestos y buenos.
Quiero pensar que todo es posible.
En algún momento maduré y aprendí demasiado!, aprendí de gente que no sabe amar y destruye, de guerras, prejuicio, de cómo la envidia nos rodea y hace desear el mal. Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, de sufrimiento, enfermedad, dolor y muerte.
¿Que pasó con el tiempo en el que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de muerte, excepto cuando perdí a mi mascota?. Cuando pensaba que lo peor que me podía pasar era que alguien me quitara mi trompo de juguete.
Quiero pasar largas horas con mis amigos sin estar preocupada por lo que dejé o debo hacer.
Quiero alejarme de las complejidades de la vida y emocionarme con las pequeñas cosas una vez más.
Pasaría mis tardes recostada sobre el césped buscando formas en las nubes sin preocuparme por el tiempo.
Quiero regresar a los días en los que apenas escuchaba una canción bailaba.
Quiero demostrar libremente mis sentimientos sin vergüenza o miedo al que dirán.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.
No quiero que mis días sean monótonos y aburridos, llenos de noticias deprimentes, de envidias, chismes, enfermedades y pérdida de seres queridos.
Quiero volver a vivir simple nuevamente.
Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.
Si! ¡quiero volver a mis 5 años!, dejar vivir más a ese niño que todos llevamos dentro, para valorar lo bueno y sencillo que nos rodea, para vivir con intensidad, alegría y felicidad cada uno de mis días.
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