
Pueden ustedes no estar de acuerdo conmigo, pero yo tiendo a pensar que es un error insistir en el matrimonio cuando se está muy joven (llamo joven entre los 20-27 años).
Este mal, de nuestras sociedades Latinoamericanas, de tener cierta edad para que una mujer sea buena para casarse y que no "vista santos" por el resto de su vida, y también para los hombres, sin que no comience a levantar las sospechas de su orientación sexual, es un patrón que se repite desde hace mucho tiempo atrás; sin embargo, yo tiendo a creer que el método Europeo es mucho mejor.
Los Europeos tienden a casarse a mayor edad que nosotros los Latinoamericanos, y las tazas de éxito son más altas que las nuestras también. Pero cuales son entonces las razones que en cierta forma aseguran el éxito de un matrimonio Europeo y no de uno Latinoamericano? La edad...
Este es uno de los factores primordiales del éxito, las encuestas y los estudios dicen que la probabilidad de éxito en el matrimonio de una pareja joven, entre los 22 y 27 años está por debajo del éxito que puede tener una pareja relativamente mayor, entre los 34-40 años, tal vez estas edades suenan escandalosas en nuestra sociedad, pero la razón por la que los Europeos tienden a casarse a mayor edad son simples, en primer lugar, porque ya han disfrutado de su juventud, hay realizado sus viajes y han disfrutado de su soltería al máximo (sin que esto signifique libertinaje); segundo, porque ya han alcanzado una madurez económico-financiera y profesional suficiente para poder afrontar las responsabilidades de una familia, además la estabilidad laboral generalmente es bastante alta.
Es entonces, que yo, ante los factores y las estadísticas, tiendo a pensar que es hora de que nuestras sociedades se den cuenta que debemos dejar de interferir en las relaciones de nuestros hijos, primos, hermanos, nietos, sobrinos y deberíamos más bien tratar de orientarlos a analizar mejor la situación antes de tomar la decisión de enfrentar tan importante compromiso y dejar de insistir en que a la nena ya la va a dejar el último tren o que se quedará vistiendo santos el resto de su vida o que el nene ha de tener preferencias sexuales diferentes porque no quiere comprometerse.
Dejemos vivir la vida a las nuevas generaciones como debe ser y no como los mayores las vivieron, porque los tiempos han cambiado y seguirán cambiando y no puede permanecer una sociedad saludable si aún conservamos todas las ideas del pasado, adelante! evolucionemos.
No insistamos en ser uno más de las estadísticas, el matrimonio no es un juego, es un compromiso serio.
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