"Sol del alto Perú
Rostro Bolivia, estaño y soledad
Un verde Brasil besa a mi Chile
Cobre y mineral"
Rostro Bolivia, estaño y soledad
Un verde Brasil besa a mi Chile
Cobre y mineral"
Los Creadores de "El que se quedó... se quedó" y "Sótano. INC producciones", tenemos el agrado de recibir a nuestro nuevo y ultimo integrante: Ferhat, quien directamente desde el Ecuador se compromete a conseguir a Byrongio el número de teléfono de cuanta quiteña bonita se le cruce en su camino, así como notificarle de los bares que clausure el gobierno de turno, para que Byrongio pueda ubicarse en el espacio y tiempo dentro de la ciudad de Quito "La carita de Dios", tus amigos y compañeros te damos la bienvenida.
"Los Creadores" también declaramos oficialmente abierto el tiempo de vacaciones dentro de esta página y deseamos a todos nuestros integrantes, amigos bloggers y lectores una muy bonita Navidad, tiempo en el que reflexionemos sobre aquello que en verdad debería importar en estos tiempos, como la unidad familiar, la renovación de amistad con los amigos de antes de hoy y de siempre, y tratar siempre y en todo momento de quitarle ese tinte comercial a este tiempo de reflexión.
"Los Creadores" también declaramos oficialmente abierto el tiempo de vacaciones dentro de esta página y deseamos a todos nuestros integrantes, amigos bloggers y lectores una muy bonita Navidad, tiempo en el que reflexionemos sobre aquello que en verdad debería importar en estos tiempos, como la unidad familiar, la renovación de amistad con los amigos de antes de hoy y de siempre, y tratar siempre y en todo momento de quitarle ese tinte comercial a este tiempo de reflexión.
Los Creadores
Y llegó Navidad, junto con estas fechas la ciudad entera se viste de fiesta, las lucecitas titilan iluminando hermosos arbolitos navideños que de vez en vez permiten traslucir a San José y a la Virgen María, quienes entorno a un pesebre esperan la llegada de su hijo Jesús. Quizás la fecha de aquel nacimiento no sea la correcta, no pienso entrar en discusiones al respecto, prefiero quedarme en la intención y en la idea que motivan este tiempo lleno de alegrías y tristezas, buscarle de cierto modo la razón de ser feliz.
Exactamente no recuerdo el día que descubrí que "Papá Noel" o "El Viejito Pascuero" o Santa... no existía, lo que sí recuerdo es que a pesar de la pobreza inicial en la que vivíamos con mi familia, todas las Navidades fueron muy bonitas y llenas de regalos y comida deliciosa y todo el asunto, en aquellos tiempos y de eso estoy seguro los años duraban más o el reloj era más pesado porque diciembre tardaba una eternidad en llegar y cuando llegaba todo era simplemente felicidad.
Cierto diciembre cuando yo tenía por lo menos unos 15 años y vivía en Portoviejo (ciudad costera del Ecuador), papá había viajada a Quito por razones de trabajo y surgió la idea de que la familia entera viajara para allá para pasar navidad con los familiares de Quito, recuerdo que mamá nos llevo a mi hermano menor y a mi en el ahora viejo meteoro: un Hyunday Excel blanco que en su tiempo era simplemente "mi nave" je,je
Mamá conducía, Yo era su copiloto y mi hermano viajaba recostado a lo largo de todo el asiento de atrás, para quienes no se ubican el viaje de Portoviejo a Quito corresponde a un sinuoso camino de 360 KM que dura al rededor de 8 horas de viaje, el motivo del tiempo es debido a las malas condiciones del camino y a la dificultad que se experimenta al manejar al momento de subir la cordillera de los Andes, Portoviejo prácticamente está a pocos metros sobre el nivel del mar mientras Quito está a 2800 metros sobre el nivel del mar.
Recuerdo que íbamos escuchando un Tape de Mercedes Sosa, Los Kjarakas y algo de Janeth (la del corazón de poeta....). Sentado y a través del cristal del vehículo podía ver el filo de la carretera y como ella iba cambiando a medida que nos acercábamos a la cordillera, los arbolitos propios de la costa ecuatoriana iban quedando atrás e iban siendo remplazados por nueva vegetación propia al clima del sector.
No recuerdo el punto exacto del camino, pero todo comenzó en algún momento comprendido entre el ingreso a la cordillera y no terminaría hasta prácticamente la cumbre de la misma, rodeados de ese aire propio de la neblina de aquel sector andino, arrodillados y con las manitos en forma de oración, pequeños niños indígenas al borde del camino gritaban algo a los vehículos que por allí transitábamos. "Regale la Navidad" "Regale la Navidad"....
Entonces mamá detuvo el auto, y junto a mi hermano sacamos de la cajuela el cajón de mangos que llevábamos a regalar a los abuelitos, y los dulces que llevábamos a los niños de la familia, y en cada sector donde los niños se encontraran nos deteníamos y les regalábamos un mangos y dulces, todo esto hasta que se acabó hasta la ultima fruta y el ultimo caramelo.
No voy a entrar en el análisis del por qué o si estuvo bien o mal aquella actitud nuestra, no lo considero apropiado, me voy a quedar en la mirada de aquellos niños, y en su sentir de alegría, una sonrisa enorme dibujaba sus rostros cada vez que un vehículo se detenía para obsequiarles algo, una vez papá me dijo que los niños cualquier niño tiene la suficiente inocencia y el suficiente amor para sonreír de la manera más sincera aunque la vida le grite que no hay nada por qué sonreír.
En fin el mundo está servido, es sólo cuestión de abandonar nuestro metro cuadrado de tristezas y depresiones, y salir a mirar un poquito de lo que verdaderamente ocurre a nuestro alrededor, tratar y no solamente intentar cambiar el mundo y delimitar los tiempos para llorar y sobre todo los tiempos para sonreír.
Abrazo para todos y que tengan una muy bonita Navidad.
Exactamente no recuerdo el día que descubrí que "Papá Noel" o "El Viejito Pascuero" o Santa... no existía, lo que sí recuerdo es que a pesar de la pobreza inicial en la que vivíamos con mi familia, todas las Navidades fueron muy bonitas y llenas de regalos y comida deliciosa y todo el asunto, en aquellos tiempos y de eso estoy seguro los años duraban más o el reloj era más pesado porque diciembre tardaba una eternidad en llegar y cuando llegaba todo era simplemente felicidad.
Cierto diciembre cuando yo tenía por lo menos unos 15 años y vivía en Portoviejo (ciudad costera del Ecuador), papá había viajada a Quito por razones de trabajo y surgió la idea de que la familia entera viajara para allá para pasar navidad con los familiares de Quito, recuerdo que mamá nos llevo a mi hermano menor y a mi en el ahora viejo meteoro: un Hyunday Excel blanco que en su tiempo era simplemente "mi nave" je,je
Mamá conducía, Yo era su copiloto y mi hermano viajaba recostado a lo largo de todo el asiento de atrás, para quienes no se ubican el viaje de Portoviejo a Quito corresponde a un sinuoso camino de 360 KM que dura al rededor de 8 horas de viaje, el motivo del tiempo es debido a las malas condiciones del camino y a la dificultad que se experimenta al manejar al momento de subir la cordillera de los Andes, Portoviejo prácticamente está a pocos metros sobre el nivel del mar mientras Quito está a 2800 metros sobre el nivel del mar.
Recuerdo que íbamos escuchando un Tape de Mercedes Sosa, Los Kjarakas y algo de Janeth (la del corazón de poeta....). Sentado y a través del cristal del vehículo podía ver el filo de la carretera y como ella iba cambiando a medida que nos acercábamos a la cordillera, los arbolitos propios de la costa ecuatoriana iban quedando atrás e iban siendo remplazados por nueva vegetación propia al clima del sector.
No recuerdo el punto exacto del camino, pero todo comenzó en algún momento comprendido entre el ingreso a la cordillera y no terminaría hasta prácticamente la cumbre de la misma, rodeados de ese aire propio de la neblina de aquel sector andino, arrodillados y con las manitos en forma de oración, pequeños niños indígenas al borde del camino gritaban algo a los vehículos que por allí transitábamos. "Regale la Navidad" "Regale la Navidad"....
Entonces mamá detuvo el auto, y junto a mi hermano sacamos de la cajuela el cajón de mangos que llevábamos a regalar a los abuelitos, y los dulces que llevábamos a los niños de la familia, y en cada sector donde los niños se encontraran nos deteníamos y les regalábamos un mangos y dulces, todo esto hasta que se acabó hasta la ultima fruta y el ultimo caramelo.
No voy a entrar en el análisis del por qué o si estuvo bien o mal aquella actitud nuestra, no lo considero apropiado, me voy a quedar en la mirada de aquellos niños, y en su sentir de alegría, una sonrisa enorme dibujaba sus rostros cada vez que un vehículo se detenía para obsequiarles algo, una vez papá me dijo que los niños cualquier niño tiene la suficiente inocencia y el suficiente amor para sonreír de la manera más sincera aunque la vida le grite que no hay nada por qué sonreír.
En fin el mundo está servido, es sólo cuestión de abandonar nuestro metro cuadrado de tristezas y depresiones, y salir a mirar un poquito de lo que verdaderamente ocurre a nuestro alrededor, tratar y no solamente intentar cambiar el mundo y delimitar los tiempos para llorar y sobre todo los tiempos para sonreír.
Abrazo para todos y que tengan una muy bonita Navidad.
"Subo desde el sur
Hacia la entraña América y total
Pura raíz de un grito
Destinado a crecer
Y a estallar."
Hacia la entraña América y total
Pura raíz de un grito
Destinado a crecer
Y a estallar."
Armando Tejada Gómez y César Isella (Canción con todos)
byrongio
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