la soledad que hoy llevo dentro en mi alma,
voy a contarte de tristes desengaños,
de ilusiones y de sueños que he vivido."
Ubicado en el centro colonial de la ciudad de Quito, también conocida como la ciudad Luz de América o Carita de Dios, encontramos el Convento - Iglesia - Plaza de San Francisco, la misma que constituye la construcción religiosa más extensa de la región, cuatro mil objetos entre esculturas, muebles y paño de lino se alojan en sus aproximadas 3.5 hectáreas.
Cuenta la leyenda que el encargado de la construcción de este Convento era un Indígena picapedrero llamado Cantuña, quien por mas que trabajaba no lograba la finalización de la Iglesia, sopena de ser detenido Cantuña trataba infructuosamente día a día entonces de terminar la obra.
Es así que una noche cuando regresaba a su casa, un pequeño hombrecillo vestido todo de rojo salio de entre las piedras de la construcción, cuenta la leyenda urbana que un dialogo así se escuchó en aquella noche quiteña:
- Soy Satanás y puedo ayudarte, puedo terminar el atrio de la Iglesia antes de que salga el sol y a manera de pago tú me entregas tu alma.
También cuenta la leyenda que Cantuña acepto el trato con la simple condición de que cuando saliera el sol no debería faltar ni una sola piedra. Aquella noche y bajo el cielo siempre estrellado de Quito, salieron a trabajar miles de diablitos quienes junto con el pasar de las horas fueron terminando la obra, todo esto ante la mirada aterrorizada de Cantuña quien veía la Iglesia cobrando forma mientras su alma de apoco dejaba de pertenecerle.
La noche terminó y los diablitos uno a uno fueron desapareciendo, aquí se ha hecho un trato y he cumplido mi parte ahora vengo por tu alma dijo Satanás, Cantuña muerto de miedo entonces se sentó en el suelo y fue cuando ante su sorpresa vio como faltaba una piedra muy pequeña de la construcción, el trato no había sido cumplido y Cantuña conservo su alma y de alguna manera se perennizo en el recuerdo de todo aquello que conforma la tradición y cultura ecuatoriana.
La historia real de Cantuña de acuerdo los historiadores es que en realidad existió, cuando Rumiñahui volvió a Quito Incaico y quemo la ciudad para que los españoles que habían matado al ultimo Inca Atahualpa no encontraran más que cenizas, olvidaron entre las llamas a un pequeño niño indígena llamado Cantuña.
Entonces Cantuña fue adoptado por Don Hernán Suárez quien quiso mucho a Cantuña, también cuenta la historia que Don Hernán empezó a tener serios problemas económicos a lo que Cantuña solicito que se hiciera unos cambios en el subsuelo de su vivienda y desde aquel día la suerte del hombre cambió.
En los tiempos que los franciscanos construían la Iglesia de San Francisco recibían enormes contribuciones económicas de Cantuña para la construcción de su obra, sin embargo las autoridades de aquellos tiempos juntamente a los religiosos no entendían de donde sacaba tantos recursos aquel indígena así que decididos se lo preguntaron. Cantuña cansado de tantas preguntas inoportunas decidió sacárselos de encima de una buena vez y ante unos curas estupefactos respondió: lo que ocurre es que hice un pacto con el diablo y el me provee de todo el dinero que quiero a cambio de mi alma.
Como diría abuelito, existe una pequeña línea que divide lo real de la fantasía y nunca olvides que cuando el río suena es porque piedras trae. Un poco de la cultura de mi gente y de mi pueblo para los amigos de estos medios.
"Entre montañas, valles he nacido,
me acunaron los huayños en su encanto,
y al florecer mi tierra en su charango,
vi crecer las zampoñas en el viento."
Ulises Hermosa Gonzáles (Wa ya yay)
byrongio
