Estando tan cerca me pregunto el porqué habré demorado tanto en conocer un lugar tan lindo como Santiago de Chile, pero como a una más de las tantas preguntas que me hago a diario no le encuentro respuesta.... igual que importa eso ahora si lo que realmente está bueno es que pasé un fin de semana espectacular y lindísimo, no tan solo por el lugar sino también por la compañía que se encuentra de aquel lado de la cordillera.
El viernes la verdad no estuvo muy divertido porque aunque sea mujer si hay cosa que detesto es salir a mirar ropa y ese fue el plan de la tarde y por supuesto el de la noche dormir, porque después de unas siete horas de viaje había algo de cansancio; pero el sábado estuvo más que lindo! porque conocí muchos lugares y en la noche salimos con un amigo llamado Byrongio, al cual quiero mucho, y con uno de sus amigos que es re buena onda, al igual que todas las personas que he podido conocer de Ecuador... y lo mejor de todo puedo decir que fue... "todo", pero me vine encantada con el Cerro San Cristóbal y con la novedad de haber cenado en Crepes & Waffles una comida bien rica pero desconocida para mi, tanto que no recuerdo el nombre, pero era un pan relleno de pollo, champignon y una salsa exquisita! y de postre café helado, que todo lo que le encontré de extraño le encontré de delicioso.
Esta mañana salí bien temprano de Santiago y al cruzar la frontera sentí una sensación que jamás me había ocurrido ya que cuando uno ingresa a su país se siente como más tranquilo, alegre por estar en un lugar conocido, como con satisfacción por estar en lo tuyo, pero la verdad fue todo al revés ya que sentí muchas ganas de volver, y es que se produjo en mi una mezcla de alegría, por los días tan lindos que disfruté y de angustia, por haber dejado de aquel lado algo que me fue imposible traer... ya que no lo pude convencer para que se volviera conmigo, y ese algo es... gran parte de mi corazón.
Te quiero
con todos los latidos
que mi corazón pueda,
con cada pensamiento,
con los respiros.
Te quiero
porque no eres igual,
porque quieres de verdad
y porque te importa el destino.
Te quiero
en mis momentos,
en los días perdidos,
en las noches que a tu honra
ofrece mi himno.
Te quiero
por esos senderos recorridos,
por ser compañía infaltable
de los días ya idos.
Te quiero
porque mi corazón dicta,
porque mi sueño atrapas,
porque mis besos guías.
("TE QUIERO" Francisco Urmenetta)